Es muy habitual consumirla como aperitivo en Italia mientras que en otros países suele utilizarse como sándwich, partiéndola por la mitad y rellenándola con varios ingredientes.
Su masa es similar a la de la pizza, aunque con mayor grosor y esponjosidad, gracias a su elevado contenido en gluten y a la acción de la levadura.
Los ingredientes empleados en la masa son harina con gluten, aceite, agua, sal, y levadura. En alguna región, como la parta norte de Italia, es común elaborarla con manteca de cerdo para conseguir una textura más suave.
Una vez amasados los ingredientes y haya reposado la masa, se extiende en una capa gruesa y se hornea, idealmente en un horno de piedra.
Muchos panaderos perforan la superficie de la masa con un cuchillo para evitar el burbujeo al hornearla. También se realizan unos huecos con los dedos o con la ayuda de algún utensilio de cocina para preservar la humedad del pan.
También podemos encontrar algunas variantes muy populares en las que se incorpora en su superficie cebolla, aceitunas o tomates.
En la localidad de Génova, concretamente en Recco, se encuentra la especialidad de focaccia con queso (focaccia col formaggio) su aspecto es algo diferente y no parece una focaccia.
En algunas zonas del noroeste de Italia encontramos variaciones dulces que consisten en espolvorear azúcar en la base e incluso introducir pasas, miel u otros ingredientes dulces.
También puede recibir otros nombre, según la zona; por ejemplo, en Borgoña se llama "foisse", mientras que en Provenza y Languedoc recibe el nombre de "fogassa".
¿Has probado de elaborarla en casa alguna vez? Recién horneada está riquísima.
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